Cuando te enfrentas a épocas de planeamiento estratégico, de nuevos retos, o ante las desafiantes encrucijadas laborales que cada líder asume con valentía en el mundo empresarial, debes movilizar la búsqueda de alternativas y soluciones a través de un liderazgo con propósito. Y ese liderazgo va más allá de la habilidad técnica; es una combinación de arte, propósito y paciencia que requiere de habilidades humanas fundamentales. Desde mi experiencia, he tenido la oportunidad de observar, evolucionar y participar del crecimiento de mi organización, y he llegado a comprender que la base efectiva para alcanzar los desafíos personales y empresariales se construye poniendo en práctica los siguientes elementos esenciales: Escucha activa, Pasión, Innovación, Construcción Colectiva, y Adaptabilidad… es decir el liderazgo con propósito debe ser una labor ÉPICA.
Antes de emprender la labor épica (evento digno de ser contado) debes tener claro el propósito, es decir, es tener una visión definida que actúe como brújula para ti y para el equipo que lideras. Este propósito es la fuente de la pasión que motiva e inspira a otros. Sin una dirección clara, es difícil mantener el entusiasmo y el compromiso, necesarios para superar los desafíos. La claridad de propósito no solo guía las acciones del líder, sino que también crea un sentido de pertenencia y dirección para todo el equipo, y ahí empieza la labor épica del líder: Insistir, persistir, resistir y nunca desistir (esta frase no es mía, pero una figura de liderazgo en mi vida laboral me la enseñó).
Con el propósito claro, el líder emprende su labor donde el primer pilar es la Escucha activa. Un líder debe escuchar para entender y percibir los desafíos, las restricciones, los riesgos y tener conocimiento de las pasiones, movilizadores, y diferentes puntos de vista al momento de asumir el reto de alcanzar un desafío o superar una encrucijada en tiempos de incertidumbre. Escuchar es un elemento fundamental de cualquier conversación constructiva.
El segundo pilar es la Pasión. Es el combustible que impulsa a los líderes a seguir adelante, incluso cuando las circunstancias son difíciles. He aprendido de figuras inspiradoras, quienes, con su dedicación y creatividad, transformaron culturas e industrias. La pasión no es solo un sentimiento; es una fuerza motriz que se refleja en cada pensamiento, acción y decisión.
La Innovación es el tercer pilar, un aspecto del que se habla mucho, y yo lo resumo en que no hay “manual para todo”, y a partir de la creatividad, el ingenio y la responsabilidad de cada persona se pueden superar desafíos con ideas, acciones, productos o procesos que generen un impacto positivo en la empresa.
Luego está la Construcción colectiva. Un líder no puede lograr las cosas solo. La colaboración y la corresponsabilidad son esenciales para construir un equipo cohesionado y efectivo.
Y finalmente está la Adaptabilidad, que es una capacidad que permite ajustarse a diferentes entornos o situaciones, superar las restricciones, y cambiar siempre para tener un impacto positivo. El cambio que se hace desde la adaptabilidad implica flexibilidad, agilidad y simplicidad al momento de superar los desafíos.
Cada uno de estos componentes es crucial para el liderazgo moderno, y para desplegar una labor EPICA, pero falta un último ingrediente: la resiliencia. Esta es la capacidad de recuperarse de las adversidades y adaptarse a los cambios. En mi trayectoria, desde mis inicios en Colombia, mi paso corto por Bolivia, hasta mi desarrollo en Perú, he aprendido que la resiliencia es indispensable para afrontar los desafíos, en todos los ámbitos de nuestra vida.
En conclusión, el liderazgo con propósito es una labor ÉPICA que requiere una visión integral que le permite al líder analizar y construir soluciones sólidas sostenibles, moldear la cultura organizacional para movilizar a las personas a un nivel superior, generando siempre un impacto positivo, inclusive transformando eventos negativos en oportunidades para las personas, la empresa y la sociedad, anticipándose al futuro.