La creciente demanda de cobre, impulsada por la transición energética y el desarrollo de nuevas tecnologías, ha evidenciado una brecha crítica entre la producción global y las necesidades del mercado mundial.
Durante su presentación en el XIV Congreso Internacional de Prospectores y Exploradores (proEXPLO 2025), William X. Chavez Jr., experto de la New Mexico School of Mines Society of Economic Geologists, reveló que el mundo requiere anualmente nuevas minas equivalentes a Toquepala, Cuajone (ambas en el Perú) y Cananea (en México), que juntas producen 975,000 toneladas de este mineral, para satisfacer un déficit actual de 5 millones de toneladas.
Chavez analizó la evolución de la demanda desde 1990, cuando alcanzaba apenas 8.1 millones de toneladas, hasta los 28 millones actuales. Este incremento se atribuye al uso intensivo del cobre en las energías renovables, vehículos eléctricos y dispositivos tecnológicos.
Paralelamente, el mapa de los principales productores ha cambiado drásticamente: en 1990, EE.UU. y Chile dominaban con 18% de la producción global cada uno; mientras que el Perú apenas figuraba. Para la década del 2000, el Perú emergió como el segundo productor (12.9%), gracias a yacimientos como Antamina. En el 2024, aunque el Perú ocupa el tercer lugar (11.3%), superado por Chile (23%) y la República Democrática del Congo (14%), su potencial sigue siendo clave. Ese año la producción mundial fue de 23 millones de toneladas.
El Perú en el tablero global
Según datos del Servicio de Geología de EE.UU. (USGS) presentados por Chavez, el Perú posee las segundas reservas más grandes del mundo (120,000 toneladas métricas), solo detrás de Chile (190,000). Además, dos de sus minas, Cerro Verde y Antamina, figuran entre las diez principales operaciones globales.
Sin embargo, el experto enfatizó que las reservas globales actuales (870 millones de toneladas) son insuficientes para cubrir la demanda anual (28 millones), especialmente considerando que el reciclaje solo aporta el 35% del consumo.
Asimismo, Chavez destacó que, para cerrar esta brecha entre demanda y oferta, se necesitan descubrimientos de nuevas minas y la puesta en marcha de proyectos ambiciosos. Ejemplificó esto señalando que, hasta el 2031, sería necesario poner en operación una mina del tamaño de La Escondida (Chile) cada año, o equivalentes a Cananea, Cuajone y Toquepala anualmente. Aquí, el Perú tiene una ventaja competitiva: su historial de descubrimientos, como Antamina y Cerro Verde, y su potencial geológico en regiones aún no explotadas.
El experto concluyó resaltando la importancia de innovar en exploración y extracción, especialmente en yacimientos no tradicionales, como los tipos sediment-hosted o skarn, que representan el 30% de las fuentes actuales de mineral.
El Perú, con su diversidad geológica, podría liderar esta transición, sostiene. Además, subrayó que la cooperación entre Gobiernos, empresas y comunidades será vital para equilibrar el crecimiento económico y la sostenibilidad.
En conclusión, la exposición de William X. Chavez Jr. en proEXPLO 2025 dejó en claro que el cobre es un metal crítico para el futuro, y el Perú, con sus reservas, producción y potencial geológico, está llamado a ser un actor central en el mercado global. Sin embargo, aún debemos superar desafíos regulatorios y sociales para capitalizar esta oportunidad y contribuir a cerrar la brecha entre oferta y demanda.