El futuro energético de América Latina depende en gran medida de su capacidad para avanzar hacia una interconexión eléctrica regional. Aunque existen diferencias en recursos entre países que podrían complementarse, la región aún opera con sistemas desacoplados. Esta falta de integración no solo encarece el servicio eléctrico, sino que también la hace más vulnerable ante crisis climáticas o fallas técnicas.
“La integración eléctrica es clave para tener una matriz más limpia, segura y competitiva. No actuar ahora es postergar oportunidades de desarrollo que no volverán”, remarca Jaime Mendoza Gacon, ex presidente de Osinergmin, quien participará como moderador en Expo Energía Perú 2025. Es su panel se abordarán los desafíos y beneficios de una mayor integración regional en este ámbito.
Entre las principales barreras que dificultan una red eléctrica latinoamericana más robusta figuran la falta de armonización regulatoria, las limitaciones físicas en las redes de transmisión fronterizas y la ausencia de una planificación energética común. A ello se suma la debilidad institucional: actualmente no existe un organismo regional con poder vinculante que impulse y supervise el proceso de integración.
Esta desconexión impide aprovechar eficiencias técnicas y económicas, y genera riesgos concretos como racionamientos, precios más altos, menor confiabilidad del servicio y pérdida de inversiones estratégicas. “Estamos desaprovechando ventajas naturales como las diferencias estacionales o de producción horaria de recursos entre países”, comenta el especialista.
En el caso del Perú, una mayor integración con los sistemas eléctricos de países vecinos traería beneficios económicos inmediatos, al permitir el acceso a energía más barata, optimizar inversiones en infraestructura y reducir la necesidad de capacidad de reserva ociosa. Esto generaría mayor eficiencia, menores tarifas y mejor calidad del suministro para los usuarios.
Algunos países ya han dado pasos firmes. Brasil cuenta con interconexiones sólidas con Paraguay, Argentina, Uruguay y. Centroamérica opera bajo el SIEPAC: un modelo pionero de cooperación energética regional. Mientras, Perú avanza en la interconexión con Ecuador, aunque aún enfrenta trabas regulatorias y falta de incentivos para una mayor integración con otros países de la región.
Ante este panorama, se vuelve indispensable contar con espacios de diálogo estratégicos que reúnan al sector público, privado, académico y financiero, con el fin de alinear visiones, acelerar soluciones tecnológicas y fomentar colaboraciones efectivas para una matriz energética más limpia, resiliente e inclusiva. Estos temas serán abordados en Expo Energía Perú 2025, que se perfila como una plataforma clave para compartir experiencias sobre cómo distintos países enfrentan los retos del sector. Mendoza Gacon subraya la urgencia de impulsar este tipo de espacios regionales para construir consensos, diseñar políticas comunes y orientar inversiones hacia una integración energética real. “La interconexión es la base de una transformación energética en América Latina. Sin ella, los países seguirán avanzando solos y más lento”, concluye.
Fuente: Expo Energía Perú 2025.
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