El viernes 2 de julio, en la sesión del Comité de Asuntos Sociales de la SNMPE, se habló sobre los “Consensos para el diálogo sostenible del territorio: Proceso multiactor de Rimay y próximos pasos para el desarrollo territorial”. La sesión contó con la participación de José Carlos de Piérola, del Grupo Especial de Minería, Geotermia e Hidrocarburos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y encargado del Centro de Convergencia y Buenas Prácticas Minero-Energéticas Rimay y sus proyectos piloto de desarrollo sostenible; Manuel Glave, investigador principal de GRADE; y Juan Manuel Benites, exministro de Agricultura y Riego.
Durante la sesión, De Piérola expuso acerca del proceso de diálogo Rimay, el cual fue liderado por el Ministerio de Energía y Minas (MINEM) para la región Moquegua y en la cual participaron también otros estamentos del Estado, la sociedad civil, la academia y el sector privado. “Su objetivo es la promoción del diálogo y de acuerdos sobre el desarrollo territorial, a partir del rol catalizador del sector minero en el desarrollo sostenible del país”, indicó el ejecutivo.
En el proceso de Moquegua se establecieron cuatro líneas de acción que tienen que ver con el cierre de brechas de desarrollo en la zona a partir de un buen uso del canon y la provisión de servicios de calidad; diversificación productiva; gestión integrada de recursos hídricos; así como gestión de aspectos ambientales. Informó también que se tiene contemplado replicar este proceso en la región Cajamarca, considerando el aprendizaje adquirido.
El investigador Manuel Glave de GRADE, por su parte, destacó el uso del enfoque territorial para alcanzar el desarrollo sostenible. Este enfoque emplea la dimensión económica, social y ambiental, pero añade la dimensión institucional. En ese sentido, el experto indicó que, si bien las principales empresas mineras del Perú han aprendido que la Responsabilidad Social Corporativa tiene que generar dinámicas de transformación en el territorio y que, para ello, se requiere de una sumatoria de acciones de múltiples actores, “resulta complejo practicar el enfoque territorial si la inercia nos conduce a la sectorialización. Cuando hablamos de desarrollo territorial debemos también pensar hasta qué punto se está promoviendo la articulación multisectorial y multinivel”.
Destacó que en el caso de la Amazonía la gestión pública ha promovido de manera exitosa el plan de cierre de brechas en el ámbito petrolero con un enfoque metodológico de núcleos dinamizadores del desarrollo. Este plan prioriza inversión pública para el cierre de brechas per se, y que también permitirá generar un dinamismo territorial mayor.
Finalmente, el exministro de Agricultura y presidente del Instituto Crecer, Juan Manuel Benites, indicó que el hilo conductor para el cierre de brechas debe ser el productivo y que el Estado y la población deben recuperar la confianza en las alianzas público-privadas, lo que se logrará en base a la transparencia. “El Gobierno debe mirar territorios y ya no sectores, con un enfoque que implica romper varios paradigmas”, aseguró.
El experto considera que el modelo de desarrollo territorial integra actores y recursos, conecta con las potencialidades de las regiones y el mercado, y también hace más propicio generar impactos y medirlos.
El Comité concluyó que existe consenso respecto del enfoque territorial como modelo para brindar beneficios tangibles y fortalecer el desarrollo humano de las comunidades, y que se espera el inicio de pilotos de desarrollo territorial que cubran también las necesidades inmediatas de la población.