No es posible tomar decisiones ni diseñar estrategias eficientes sin conocer, con evidencia actualizada, la realidad de la pobreza energética en el Perú. Esta fue una de las principales conclusiones del conversatorio “Pobreza Energética: Retos y soluciones para un desarrollo sostenible”, organizado por Solgas, en el que el viceministro de Políticas y Evaluación Social del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (MIDIS), Carlos Barreda, enfatizó la urgencia de que más actores del sector privado participen en el desarrollo de estudios y en la generación de datos recientes que permitan medir índices reales de pobreza.
“No podemos seguir diseñando políticas públicas con información desactualizada. La data que usamos para tomar decisiones sobre pobreza energética proviene, en muchos casos, del censo de 2017, lo que nos lleva a la siguiente pregunta: ¿Podemos manejar mirando solo por el espejo retrovisor?. Ante ello venimos trabajando en un índice multidimensional de la pobreza en el Perú, que abarque otras realidades como el acceso a servicios básicos, la infraestructura y la calidad de vida. Solo con evidencia clara podremos trazar planes efectivos y cerrar brechas reales”, comentó.
En esa misma línea, Fabricio Duarte, director ejecutivo de AIGLP, e Iris Cárdenas, viceministra de Hidrocarburos del Minem, coincidieron en que para enfrentar la pobreza energética es fundamental aprovechar toda la “canasta” de soluciones disponibles (GLP, GN, electricidad, entre otras) y comprender la problemática como multidimensional. “Cuando pensamos en desarrollo sostenible, muchas veces se plantea una solución única. Para Latinoamérica esto no funciona así. Tenemos que aplicar todas las alternativas disponibles y reconocer el valor que ofrece el GLP en este contexto”, afirmó Duarte.
Consultado sobre el rol que puede asumir el sector privado, Javier Perla, gerente de Servicios de Sostenibilidad de SGS, señaló que se requiere un compromiso más auténtico y programas basados en evidencia: “El empresario debe conectar genuinamente con las necesidades de las comunidades a las que busca ayudar. Los programas de sostenibilidad no pueden diseñarse solo para la foto, sino sustentarse en evidencia real y en soluciones que generen cambios duraderos”, apuntó.
El rol clave del GLP en el presente energético
Durante la jornada, que reunió a especialistas del sector público y privado, se presentaron los resultados del último estudio elaborado por Macroconsult sobre la pobreza energética en el Perú y el papel que puede desempeñar el GLP como alternativa inmediata para las zonas rurales. Con una de las redes de distribución más robustas del país (más de 100 plantas de envasado, 3,000 distribuidores y 6,000 puntos de venta a nivel nacional) el GLP se posiciona como una energía versátil y transportable incluso a los lugares más remotos del territorio.
En su presentación, Rodrigo Perera, gerente de Administración, Finanzas y Abastecimiento de Solgas, detalló que en el Perú el 46% de la población aún cocina con leña u otros combustibles contaminantes, cifra que supera el 70% en las zonas rurales. Esta situación no solo limita el acceso a energías más limpias y eficientes, sino que también expone a millones de familias —especialmente mujeres y niños— a graves riesgos para la salud y a un menor bienestar en su vida diaria.
Del mismo modo, Francisco Torres, Director Ejecutivo del FISE, compartió los avances de sus programas de incentivo, destacando la entrega de vales de descuento para la compra de GLP en poblaciones vulnerables y el impulso de proyectos piloto orientados a reducir la dependencia de combustibles contaminantes.
Ante este panorama, la congresista Diana Gonzales remarcó que impulsar el acceso al GLP es una urgencia en la agenda nacional y adelantó que próximamente el Programa Cocina GLP Perú entrará a discusión en el Pleno. Asimismo, subrayó la necesidad de una coordinación efectiva entre el Ejecutivo y el Legislativo para evitar que las normas se queden en letra muerta: “No debemos quedarnos en la promulgación de leyes, sino asegurarnos que estas sean efectivas y se ajusten a la realidad”, subrayó.
En sus palabras de clausura, Mario Matuk, CEO de Solgas, resaltó que la pobreza energética es un reto urgente que no admite postergaciones. Subrayó que contar con data actualizada, sumar todos los esfuerzos posibles y aprovechar el potencial de cada fuente de energía son pasos indispensables para garantizar un futuro más digno para millones de peruanos.