Por Rocío Esparza, Vicepresidenta de Recursos Humanos – ENGIE Energía Perú
Cada 3 de diciembre, el Día Internacional de las Personas con Discapacidad nos invita no solo a reflexionar, sino a actuar. En el Perú, este llamado es urgente: el 10.3% de nuestra población vive con alguna discapacidad (Censo INEI 2017), pero solo el 40% de las personas de 14 años a más participa en la actividad laboral (ENAHO 2024). Esto significa que seis de cada diez peruanos con discapacidad permanecen fuera del mercado laboral.
Las consecuencias son evidentes: el 28.7% de este grupo no forma parte de la población económicamente activa, y el país pierde la oportunidad de incorporar talento valioso que podría dinamizar su productividad y competitividad. La Ley N.° 29973 establece un marco importante, pero la verdadera transformación depende del compromiso del sector privado para cerrar esta brecha.
La inclusión de personas con discapacidad no debe ser un gesto simbólico ni una acción limitada al cumplimiento normativo; debe asumirse como una decisión estratégica que impulsa la innovación y la sostenibilidad del negocio. Equipos diversos, que integran distintas habilidades y formas de pensar, son más creativos, mejoran la toma de decisiones y fortalecen la conexión con clientes y comunidades. Es un win-win.
Desde Recursos Humanos, nuestro rol es acelerar este cambio. Nos corresponde diseñar culturas organizacionales que no solo reconocen la diversidad, sino que la buscan y la integran de manera intencional. Esto implica centrar la evaluación del talento en las competencias, adaptar las condiciones de trabajo para asegurar accesibilidad real y eliminar barreras en los procesos de selección.
En ENGIE Energía Perú lo hacemos a través de “Habilidades en Acción”, una iniciativa que articula nuestros esfuerzos en representación, accesibilidad, capacitación y lenguaje inclusivo. Este programa impulsa procesos de reclutamiento más abiertos, entornos accesibles y una comunicación respetuosa, fortaleciendo una cultura donde todas las personas pueden desarrollarse plenamente. Estas acciones, junto con alianzas con organizaciones especializadas nos permiten ampliar el acceso al talento diverso.
La inclusión laboral de personas con discapacidad es un camino continuo que demanda coherencia, colaboración y visión de largo plazo. Sus beneficios son tangibles: equipos más comprometidos, organizaciones más competitivas y un Perú más equitativo y dinámico.
En este Día Internacional de las Personas con Discapacidad, reafirmemos que la diversidad es un pilar esencial de un futuro sostenible. Sigamos construyendo un entorno donde cada persona pueda aportar, crecer y ser parte activa del desarrollo del país.