Observadores, aventureros, analistas y pacientes. En el estudio de la tierra, el aporte de los geólogos en el Perú ha sido y sigue siendo la base científica para el desarrollo de la minería y del sector de hidrocarburos.
Hay dos nombres importantes para los inicios de la geología en el Perú en el siglo XIX: Alexander Von Humboldt y Antonio Raimondi. Los primeros estudios de minerales y fósiles recogidos en el Perú se dieron con la llegada del explorador alemán, mientras que el sabio italiano fue el autor de Minerales del Perú el primer gran inventario de minerales con más de 600 muestras, sus características y distribución en el territorio nacional.
Con la creación en 1876 de la Escuela de Ingenieros (hoy la Universidad Nacional de Ingeniería), a cargo del polaco Eduardo de Habich, se enseñaron las primeras lecciones de geología, petrología y mineralogía. Se fundó también, diez años después, el Cuerpo de Ingenieros de Minas para estudiar la geología de los asientos mineros del país. Dos de los maestros de estas escuelas, Carlos Ismael Lissón y José Bravo, fueron luego convocados por la Universidad Nacional de San Marcos. Ambos fueron guías de las primeras generaciones de geólogos peruanos.
Lissón publicó una serie de obras fundamentales como Contribución a la geología de Lima y sus alrededores (1907) y fue colaborador del alemán Gustav Steinmann en sus estudios de los Andes plasmados en Geología del Perú (1928), el primer mapa geológico de estas tierras. La mayoría de investigaciones geológicas de esta época fueron financiadas y comandadas por universidades e instituciones extranjeras, y por compañías que ya explotaban recursos en el país como, por ejemplo, Cerro de Pasco Corporation.
Otro pilar de la geología peruana fue Jorge A. Broggi, fundador junto a Lissón y Aurelio Masías de la Sociedad Geológica del Perú en 1924, y promotor de la creación en 1944 del Instituto Geológico del Perú, antecesor del Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (INGEMMET). Broggi, quien llegó a la geología fascinado por los textos de Raimondi, fue un exigente maestro que promovió que jóvenes geólogos accedan a becas en el extranjero.
Uno de los jóvenes que completó su formación en el exterior fue Alberto Benavides de la Quintana. Al trabajar en Cerro de Pasco Corporation fue becado por esta empresa para seguir una maestría en geología en la Universidad de Harvard. Al volver encabezó el departamento de exploraciones y en 1951 exploró Antamina, aunque sin la decisión de la compañía de ir más allá con el yacimiento. En 1953 fundó la Compañía de Minas Buenaventura, haciéndose cargo de la mina de plata Julcani, y lo que vino después fue una de las historias más fructíferas de la minería peruana. Sin embargo, Benavides, antes que un empresario, siguió siendo sobre todo un geólogo.
En las últimas décadas más mujeres comenzaron a estudiar Ingeniería Geológica. Una de las pioneras y referentes para las geólogas fue Barbara Bruce, quien cuando estudiaba en la UNI a mitad de los años setenta era la única mujer en su clase. Bruce recorrió el mundo participando en proyectos gasíferos y petroleros, y en el Perú entre diversos logros lideró la puesta en marcha de la planta de gas natural licuefactado-GNL de Pampa Melchorita y participó en el desarrollo de Camisea como presidenta de Hunt Oil Company of Peru.
¡Feliz día a todos los profesionales de la geología peruana!