Durante Perumin 37 se rindió homenaje a Augusto Baertl, empresario con amplia trayectoria en el sector minero, tres veces presidente de la Sociedad Nacional de Minería Petróleo y Energía (SNMPE), y quien mantiene un activo compromiso por la unión del gremio en favor del desarrollo del país.
Baertl es ingeniero de Minas formado en la Universidad Nacional de Ingeniería, con estudios de postgrado en Harvard Business School y en Kellog University, de EE.UU. Su trayectoria profesional también estuvo ligada al Instituto de Ingenieros de Minas (IIMP), participando activamente en diversas convenciones y asumiendo la presidencia del Instituto durante el complejo primer gobierno aprista, llegando a presidir la Convención Minera en 1995, evento que consolidó a Arequipa como la capital minera del Perú. De igual manera, durante treinta años ocupó distintos cargos en Compañía Minera Milpo, hasta asumir la gerencia general.
En su discurso de agradecimiento, Baertl alertó sobre la profunda crisis institucional que atraviesa el país, producto del deterioro del cumplimiento de la Ley y la normalización de la informalidad. Frente a este escenario, propuso la construcción de un futuro en paz, próspero y sostenible, donde el Perú esté desarrollado social y económicamente.
Asimismo, enfatizó el rol prioritario y estratégico de la minería en ese futuro, destacando que el país posee ocho de quince minerales críticos, especialmente el cobre, en plena era de la transición energética. Según Baertl, las próximas dos décadas “representan una oportunidad más que propicia para el desarrollo nacional, con un impacto especial en las regiones mineras”. Para lograrlo, convocó a las, autoridades, colegas mineros, sociedad civil, medios de comunicación, academia e Iglesia a tomar acción conjunta.
También subrayó que el desarrollo nacional es una responsabilidad solidaria que compete a todos, no solo a las empresas mineras. Como testimonio de que esto es posible, relató la exitosa experiencia de Antamina, donde a fines de los noventa se priorizó la construcción de una alianza estratégica con el entorno local y nacional. Gracias a una Mesa de Desarrollo Regional y al trabajo de un equipo alineado con un objetivo común —poner al Perú por delante—, las operaciones comenzaron cuatro meses antes de lo planeado y con una inversión menor a la presupuestada, financiando además siete proyectos priorizados por las autoridades locales.
Finalmente, Baertl hizo un llamado a defender la verdad, exigir transparencia e integridad en todas las acciones de la gestión pública y privada, y a hacer prevalecer el imperio de la Ley. “Pongamos al Perú por delante y hagamos realidad, desde este instante, ese sueño de un país próspero, en constante desarrollo económico y social, y en paz”, concluyó, recibiendo una cerrada ovación del público presente.



