Ubicada en el valle de Huaral, una de las zonas agrícolas de exportación más importantes del país, Colquisiri desarrolla su operación en un entorno donde el recurso hídrico es esencial para la industria y la agricultura.
Este contexto demandaba una gestión del agua rigurosa, trazable y ambientalmente responsable, capaz de garantizar que la actividad minera no afecte la disponibilidad ni la calidad de un recurso también utilizado por los agricultores del valle.
Frente a este desafío, la empresa implementó un sistema integral de gestión hídrica basado en tratamiento, recirculación y control. El eje central es la planta de tratamiento de aguas industriales, donde se recuperan y procesan las aguas de la relavera en operación para destinarlas al riego de campos, al control de polvo y a su reincorporación en el proceso metalúrgico.
Este esfuerzo ha permitido que la actividad minera se desarrolle sin afectar la vida agrícola del valle y en buena convivencia con las familias que dependen de este recurso.
Complementariamente, el uso de un relleno hidráulico cementado optimiza los recursos, ampliando el tiempo de vida del depósito de relaves y recuperando —mediante innovadores sistemas de drenaje— el agua empleada, la cual es utilizada en la recirculación. A ello se suma un sistema de flujómetros electromagnéticos instalados en los puntos de captación, que brinda información en tiempo real sobre el consumo de agua fresca. Estos controles permiten que los vecinos y las autoridades tengan la seguridad de que el agua se usa de manera responsable.
La sostenibilidad del modelo también se refleja en la migración del riego por inundación hacia sistemas de riego por goteo en los campos forestales que la empresa impulsa como parte de su gestión ambiental. Este cambio —junto con la incorporación de especies como el algarrobo, el huarango y la tara— reduce la demanda hídrica y asegura que la cobertura vegetal sea sostenible.
Los resultados consolidan el impacto del proyecto. Se reutiliza el 90% del agua tratada y se mantiene una operación sin descargas líquidas al ambiente, lo que demuestra que es posible gestionar el recurso hídrico con responsabilidad y convivir de forma armónica con un valle agrícola de alto valor, consolidando un modelo replicable de sostenibilidad.



