El crecimiento económico debe ser un objetivo para un país como el Perú, que aspira a cerrar las brechas sociales y de infraestructura que existen para alejarnos de la pobreza y generar desarrollo.
En una columna recientemente publicada en el diario El Comercio, María Julia Aybar, country manager de Hunt Oil y presidenta del Comité de Hidrocarburos de la SNMPE, detalla los cinco factores que contribuyen a que esta actividad haya perdido competitividad para atraer inversiones privadas al sector.
Estos son: las condiciones de las regalías e impuestos que establece nuestro marco legal; la excesiva “permisología”; la conflictividad social y la ausencia del Estado donde se lleva a cabo esta actividad; la falta de compatibilidad de la explotación de recursos naturales con la creación de Áreas Naturales Protegidas; y el clima de inseguridad ciudadana.
Trabajar en estos temas se hace imprescindible para reactivar un sector que aporta capital —muchas veces de riesgo— para poner en valor nuestros recursos geológicos y para, una vez confirmado su potencial comercial, llevarlos al mercado, cuidando y respetando el medio ambiente y cumpliendo con estándares internacionales.
La difícil situación que enfrenta la industria hidrocarburífera peruana desde ya hace algunos años, se agrava, además, con la fragilidad institucional que en la actualidad vive el país.
En este contexto, los inversionistas están atentos a las señales que estamos dando como Estado en los diferentes procesos de promoción de lotes petroleros que requieren nuevos operadores, como la reciente convocatoria a interesados en el lote Z-69, en la llamada Cuenca Talara del Zócalo Continental, cuyo encargo a Petroperú está próximo a vencer.
Asimismo, hay expectativas sobre el avance de los tres lotes off shore en la Costa Norte, cuyo potencial es muy importante y donde SENACE aprobó recientemente el inicio de los trabajos de exploración en uno de ellos (lote Z-62).
En suma, el sector hidrocarburos requiere del trabajo conjunto de los sectores público y privado, a fin de recuperar su competitividad y atraer nuevos capitales que permitan nuevas exploraciones en las 18 cuencas hidrocarburíferas identificadas en el territorio nacional y reactivar esta industria que tiene un rol importante en el desarrollo del Perú.