Por Ricardo Begazo, gerente de la División Process Industries de ABB en Perú.
La digitalización, la inteligencia artificial, la automatización y la electrificación están redefiniendo cómo operan las minas. Pero, ¿está la fuerza laboral realmente preparada para liderar esta transformación? Según el estudio global de ABB, Mining’s Moment, el 44% de los líderes del sector identifica la falta de talento capacitado como una de las principales barreras para avanzar hacia operaciones más sostenibles. Es una realidad que no puede postergarse.
En un contexto donde los objetivos de descarbonización al 2030 y 2050 marcan la hoja de ruta global, la minería enfrenta una doble exigencia: reducir su impacto ambiental y seguir siendo competitiva. La incorporación de nuevas tecnologías es clave para lograrlo, pero esto solo será posible si las personas y las organizaciones están preparadas para asumir el cambio.
La transformación digital requiere también de una transformación cultural. No basta con instalar las soluciones: se necesita liderazgo, apoyo continuo y nuevas formas de trabajo acompañando la gestión del cambio. Esto incluye formar en habilidades digitales, promover el trabajo colaborativo y fortalecer la capacidad de adaptación frente a tecnologías emergentes.
El estudio —basado en más de 400 entrevistas a líderes mineros en 18 países— revela que el 70% de las empresas ya está capacitando a su personal con un enfoque más sostenible. Es una señal positiva, pero también un llamado de atención: la digitalización no es solo una inversión tecnológica, sino, sobre todo, humana.
El verdadero cambio implica desarrollar nuevas habilidades técnicas, reforzar protocolos de seguridad y, quizás lo más desafiante, impulsar un cambio cultural.
Hoy, más que nunca, las minas necesitan profesionales capaces de liderar en entornos cada vez más tecnológicos y dinámicos, donde la innovación y la toma de decisiones críticas van de la mano. Sin embargo, un 44% de los encuestados aún considera que la falta de experiencia limita esta evolución.
No se trata solo de conocimientos. También hablamos de propósito. Según el estudio de ABB, más del 40% de los jóvenes del sector estaría dispuesto a cambiar de empleo por razones vinculadas al cambio climático. Las nuevas generaciones buscan organizaciones comprometidas, que ofrezcan aprendizaje continuo y acceso a tecnologías de vanguardia. La formación del talento no puede recaer únicamente en las empresas. Se requiere colaboración entre compañías, centros de formación, proveedores tecnológicos e instituciones públicas. Solo así será posible construir un ecosistema capaz de preparar a los trabajadores actuales y atraer a los del futuro.
Poner a las personas en el centro es una condición indispensable para lograr una minería más limpia, segura y eficiente. Porque ninguna tecnología será transformadora sin personas capacitadas y motivadas.