La apertura del XVI Foro Anual TICAR estuvo a cargo de Angela Grossheim, directora ejecutiva de la SNMPE, quien dio la bienvenida a los participantes, resaltando la relevancia de este encuentro como un espacio clave de articulación tecnológica para el sector minero energético.
Grossheim destacó que la disrupción tecnológica y la automatización se consolidan como “herramientas clave para alcanzar operaciones más eficientes, seguras y sostenibles”. Asimismo, enfatizó que “la continuación de la innovación con los desafíos globales de sostenibilidad, competitividad y transición energética es un proceso impresionante y colaborativo, donde el uso estratégico de datos, la protección de la información y la integración de las operaciones nos preparan para el futuro”.
Una IA responsable
La charla magistral de apertura “Construyendo una IA Responsable: Gobernanza, Desafíos y Estrategias” estuvo a cargo de Magali Pinto, gerente de Arquitectura de Soluciones de Amazon Web Services (AWS), quien abrió su exposición recordando la importancia de promover un desarrollo ético de la inteligencia artificial (IA).
Desde su experiencia en AWS, Pinto subrayó la importancia de lograr que las soluciones de la IA planteadas en las organizaciones lleguen “al mundo real”, pero enfatizó que para hacerlo es clave su uso responsable. “Si no hacemos uso responsable de la IA, podemos tomar decisiones equivocadas, generar problemas reputacionales. Porque la decisión que está tomando la IA, finalmente, afecta a las personas, a nuestros colaboradores, a nuestros clientes y a nuestros proveedores”.
En ese sentido, Pinto recalcó la importancia del gobierno de datos como base de toda estrategia: “Si no generamos un gobierno adecuado de la data, comienza a ser un desafío. Comenzamos a decir que la IA no sirve, pero en definitiva no le estoy entregando datos de calidad (…) Si no tenemos una data diversa, vamos a hacer que nuestra solución de inteligencia artificial tenga sesgos”.
Para Pinto, una IA responsable es “aquella capaz de maximizar los beneficios, minimizando riesgos”, un proceso que debe considerar “un enfoque centrado en las personas, un enfoque humano y ético”. En ese marco, explicó que su organización ha identificado ocho dimensiones clave: control, privacidad, seguridad, equidad, veracidad, explicabilidad, transparencia y gobernanza. “Es clave que aseguremos que la privacidad de los datos esté controlada”, indicó.
Para avanzar en la construcción de un programa de IA responsable, propuso “asegurar el compromiso del nivel directivo”, “crear un equipo diverso”, “integrar la IA a la cultura de la organización y probar rápido, experimentar y volver a iterar”. Finalmente, subrayó que “la IA responsable no es un destino, es un viaje que recién se inicia” e invitó a “liberar el potencial de la IA para generar un legado de innovación más seguro y responsable”.
Un cambio cultural
El bloque “Gobernanza de Datos en la Era Digital” se abrió con la presentación de Jessica Cornejo, directora de Consultoría Tecnológica de PwC Perú, quien explicó por qué “el gobierno de datos es el primer paso para las decisiones inteligentes”. Cornejo recordó que, años atrás, “en Perú el tema [del gobierno de datos] no sonaba para nada”, pero la creciente demanda de Machine Learning e IA puso en evidencia una limitación clave: “la información que había era de muy mala calidad”.
La experta de PwC destacó que “las empresas pierden entre 15% y 20% de sus ingresos por mala calidad” de información, lo que se traduce en datos “duplicados, obsoletos, repetidos” o que no llegan oportunamente. Por eso, destacó que el gobierno de datos debe dejar de ser un ejercicio puramente documental.
La metodología que se usa en estos proyectos está alineada a estándares como DAMA y DMBoK, y ofrece un marco integral que ayuda a las organizaciones a estructurar, gestionar y optimizar sus activos de datos, pero adaptado a la realidad del negocio.
Cornejo destacó la importancia de elegir proyectos piloto concretos, pues muchas veces no es necesario “gobernar todos los datos”, así como definir el rol de los perfiles internos. “El dueño de dato es el dueño del negocio. Es un gerente comercial, uno de logística o de mantenimiento. Ellos son los que toman decisiones y necesitan decidir cuál es su dato crítico y cuáles son las reglas de calidad que tiene que cumplir el dato”, apuntó.
Otro punto esencial que refirió Cornejo es “mostrar resultados pronto” para romper la barrera del desinterés. Como último punto, recalcó que “el gobierno del dato no es un proyecto. Empieza como un proyecto, pero es un cambio cultural. Hay que comprar la idea y trabajar sobre ella el resto del tiempo”.
A modo de cierre, compartió una cifra clave del Smart Mining 2024: “Solo el 26 % [de las empresas] asegura tenerla bien implementada. En el sector minero, se estima que el 70% de las decisiones son influidas por datos digitales y por la automatización”.
Riesgos de la tecnología
A su turno, Luis Budge, gerente de Seguridad de la Información y Datos del Grupo UNACEM, inició su intervención en el bloque de “Ciberseguridad” recordando que asumió el reto de liderar la ciberseguridad y el gobierno de datos para una corporación con más de 100 años de operaciones en cemento, concreto y energía.
Destacó que conocer al adversario es clave para entender que la ciberdelincuencia es parte de la economía global, siguiendo uno de los principios de Sun Tzu: “La fuerza no es suficiente para dar una batalla. Tienes que conocer a tu entorno, tienes que conocer a tu adversario y también conocerte a ti mismo”.
Según Budge, “la ciberdelincuencia tiene ingresos de US$ 9.5 trillones […], al año pasado sería la tercera economía mundial”. Lo preocupante, advirtió, es su crecimiento proyectado de 15% anual, lo que la convertiría en “la segunda potencia mundial en cuanto a términos de ingresos” en el 2030 y la mayor hacia el 2035, “si seguimos esa escala lineal”. El ejecutivo enfatizó que hoy cualquiera puede acceder a servicios criminales: “¿Cuánto cuesta un hacker a sueldo? Desde US$ 250 […] ¿Cuánto cuesta un kit de ransomware? Desde US$ 66”. Ya no se necesita ser un especialista para vulnerar sistemas. “Ahora cualquiera puede comprar los servicios de especialistas para hacer daño”, afirmó.
Aterrizó, luego, en la fragmentación de herramientas y recursos para enfrentar este problema. “Según Microsoft, hay 80 herramientas de ciberseguridad, en promedio”, mientras que “la consultora IDC nos dice que hay 200 nuevos cambios regulatorios identificados por día en el mundo”, expresó Budge.
El ejecutivo también advirtió sobre la escasez de talento: “Cuatro millones de puestos de ciberseguridad no están cubiertos”. Lo cual se agrava por lo que llama la “pérdida del perímetro tradicional”, que desapareció y fue reemplazado por “servicios en la nube, conexiones remotas desde casa […] y cualquier uso del teléfono para trabajar”. Por ello, “lo más importante hoy es gestionar la identidad”, aseguró. El 80% de los ataques comienzan por el phishing, la suplantación de identidad para robar datos.
“La IA reduce el 99% del tiempo en investigación y remediación de amenazas”, pero también potencia ataques más sofisticados, como “los deepfakes” o correos de phishing totalmente personalizados”. Para Budge, la ciberseguridad pasó de ser un área técnica a un habilitador del negocio: “No hay negocio sin ciberseguridad hoy en día. No hay negocio sin datos. No hay negocio sin ventas”, dijo. Ante el reto de un entorno abierto y móvil, insistió en la importancia de aplicar Zero Trust, un modelo de seguridad que asume que ningún usuario o dispositivo, ni siquiera dentro de la red de la organización, debe ser confiable por defecto.
En la parte final, Budge enfatizó que la clave está en medir con datos los avances en ciberseguridad. UNACEM ha estructurado, por ejemplo, un sistema con indicadores clave de desempeño (KPI) y riesgo (KRI). “Tenemos 23 KPI medidos: obsolescencia, actualizaciones, parche de vulnerabilidades […] con valores esperados de cumplimiento del 100%”. Su equipo debe cumplir estándares claros, por ejemplo, “el percentil 90 a nivel mundial parcha todas sus vulnerabilidades críticas en 8.2 días en minería. En electricidad, es en 4.2 días”. Para cerrar, remarcó: “La ciberseguridad no es un juego, y no es negociable dejar de hacer cosas”.
El ADN de la innovación
En el bloque de “Gestión de la innovación”, Ruth Escobar, jefe de Innovación de Sociedad Minera Cerro Verde y líder de Innovación del Comité de TI de la SNMPE, abrió su exposición invitando a reflexionar sobre la base genética de toda organización. “El ADN es la molécula clave que tiene toda nuestra información genética” y, en ese sentido, propuso pensar que “también las organizaciones tienen un ADN” capaz de definir hasta dónde pueden llegar en innovación, desarrollo y competitividad.
A partir de su experiencia de 15 años en gestión de innovación, Escobar presentó nueve elementos que, según explicó, constituyen ese ADN de la innovación. El primero es el alineamiento: “Comienza desde la Alta Dirección, de que estén convencidos de que hay que innovar. Sin una Dirección comprometida, recursos, gobernanza clara y metodología de creación de escenarios futuros, no es posible dar consistencia a los esfuerzos”. Y advirtió sobre la necesidad de garantizar una evaluación y feedback sobre los proyectos para que el flujo de ideas no se estanque.
Luego destacó la perseverancia, recordando la escala de madurez de la innovación: desde la idea inicial hasta su certificación y comercialización, cada fase requiere de respaldo. “No subestimemos cuando alguien venga con una idea que parece pequeñita”, afirmó, porque puede evolucionar hasta un concepto, un prototipo, un producto mínimo viable (MVP) y a una tecnología validada por el usuario.
La comunicación es otro pilar, según Escobar: “Hay que crear espacios seguros, campos fértiles para innovar”. La ejecutiva relató la eficacia de talleres donde “el gerente explica el reto, muestra estadísticas y pide colaboración con ideas”. Como ejemplo, de un área que generó solo tres ideas, surgieron 92 propuestas tras un taller de dos horas y media.
Sobre la complementariedad, sostuvo que es vital reconocer las limitaciones propias y sumar capacidades: “El negocio minero energético digital requiere todavía más competencias”. Compartió el caso de algoritmos de machine learning para el mantenimiento predictivo: “Se determinó que ciertos componentes podían fallar no en el día 60, sino en el día 52 o 53”, evitando paradas imprevistas y pérdidas.
La resiliencia ocupa otro lugar clave: “No siempre todo sale bien”. El fracaso debe asumirse como parte del aprendizaje y la validación depende también del momento. Insistió en que toda innovación debe responder a una necesidad real.
Escobar subrayó la importancia de medir y documentar: “Siempre hay que medir los hitos”. Y cuando algo funciona, celebrarlo: “Así sea pequeño, sea recién una fase en el camino, alegrarse y celebrar”.
Cerró su exposición, subrayando el valor del reconocimiento como motor de las personas: “¿Cómo animas a que hagan un trabajo serio con las innovaciones? Hay que reconocer al talento”. Gestos simples como la expresión “¡Buen trabajo!” cambian la motivación de las personas y fortalecen su sentido de pertenencia.
Antes de finalizar, Escobar enfatizó: “La innovación no es casualidad, no es improvisación. La innovación es un sistema que construimos juntos, capa a capa”. Y dejó como invitación final: “Aceptar el reto en nuestras manos, trabajar con propósito y fomentar que a nuestro alrededor también se genere innovación”.
IA aplicada al sector minero energético
En el bloque de “Inteligencia Artificial”, Luz Herrera, líder de Innovación en Movistar Empresas, destacó el impacto transformador de la IA en el sector minero energético. Mencionó que el 76% de los ejecutivos mineros en el Perú ven la IA como una tecnología disruptiva; mientras que, en el sector petrolero, el 87% planea integrar IA generativa en sus estrategias a largo plazo. Detalló que el sector enfrenta desafíos como la transformación digital, incluyendo ciberataques y sistemas obsoletos; un aumento del 27% en accidentes laborales debido a procesos manuales, y la necesidad de proyectos sostenibles que aborden el cambio climático.
Herrera presentó un roadmap basado en tres pasos: conectar mediante redes privadas de baja latencia para las zonas remotas, digitalizar la infraestructura para mejorar la eficiencia, y aplicar IA para optimizar procesos. Destacó casos de éxito, como la implementación de redes LTE en Cusco, que permitió conectar flotas de camiones y reducir costos entre un 10% y 20%, así como el uso del internet de las cosas (IoT) para monitorear la fatiga en conductores y prevenir accidentes.
En ese sentido, Herrera enfatizó que la innovación y la digitalización son esenciales para la competitividad del sector. La conectividad confiable es la base para aprovechar la IA, mejorando no solo la productividad, sino también la seguridad y la sostenibilidad.
Automatización, drones y robótica avanzada
A su turno, Diego Montoya, director de Google para Ecuador y Perú, comparó el impacto actual de la IA con hitos históricos, como la invención de la imprenta, los automóviles de combustión interna y la maquinaria industrial. Subrayó que la IA está generando un cambio drástico y permanente en la vida de las personas y en las industrias, liberando a los trabajadores de tareas repetitivas y mejorando la eficiencia operativa, tal como ocurrió con la introducción de maquinaria en la minería.
Además, resaltó la velocidad sin precedentes con la que se están adoptando estos avances. Por ejemplo, tecnologías como el lenguaje natural en IA, que se esperaba para 2030, ya están disponibles desde el 2022, permitiendo interacciones intuitivas sin necesidad de programación. De manera similar, la creatividad en IA, como la generación de imágenes y videos, anticipada para 2035, es una realidad desde el 2023.
Montoya enfatizó que la IA no es una moda pasajera, sino una transformación profunda y duradera que está redefiniendo la forma de trabajar y operar en industrias como la minería, con un ritmo de adopción mucho más rápido que en revoluciones tecnológicas anteriores.