El Perú podría repetir el auge minero de inicios de los años 2000 si logra ofrecer estabilidad política y reglas claras para la inversión, advirtió Alfonso Tejerina, director de Global Business Reports (GBR), durante su participación en el Jueves Minero organizado por el Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP).
Tejerina señaló que el país enfrenta un momento decisivo en medio de un contexto internacional favorable, impulsado por un nuevo superciclo de los minerales, con precios récord del cobre y el oro. Sin embargo, alertó que la incertidumbre política y la falta de previsibilidad en las decisiones públicas amenazan con restarle impulso a esta coyuntura.
“El superciclo anterior fue impulsado por la entrada de China a la OMC; el actual responde a tres grandes motores: la transición energética, la inteligencia artificial y la relocalización de las cadenas de suministro. Perú puede volver a vivir un auge si ofrece estabilidad y visión de largo plazo”, señaló Tejerina.
Un contexto global de alta demanda
El especialista explicó que el nuevo ciclo de precios altos no es coyuntural, sino estructural. La transición hacia energías limpias, la expansión de tecnologías intensivas en cobre —como los vehículos eléctricos— y la automatización impulsada por la inteligencia artificial sostienen la demanda de minerales clave.
No obstante, Tejerina remarcó que la minería peruana no ha respondido con igual dinamismo al aumento de precios. “Desde que empezó el nuevo superciclo del cobre en 2021, la producción no ha crecido al mismo ritmo. En los momentos de precios altos es cuando se dan las inversiones, y eso no está ocurriendo. Si arranca Tía María, sería una señal excelente para el mercado”, apuntó.
El riesgo electoral
El experto advirtió que esta nueva etapa coincide con un panorama político complejo: el país elegirá más de 2,000 autoridades en 2026, en medio de fragmentación y desconfianza institucional. “El país está en modo esperar y ver, y esa incertidumbre frena decisiones de inversión en exploración y expansión”, comentó.
A ello se suma el retorno del sistema bicameral y un Congreso con mayores atribuciones para la vacancia presidencial, lo que podría generar —según Tejerina— “un riesgo de parálisis en decisiones clave para la minería formal y las inversiones de largo plazo”.
Un potencial desaprovechado
Si bien Perú mantiene su posición como tercer productor mundial de cobre, con más del 70% de su cartera minera concentrada en este metal, Tejerina sostuvo que la falta de predictibilidad política y los conflictos sociales en zonas mineras limitan el desarrollo de nuevos proyectos.
Recordó que durante el auge de 2012-2015, las inversiones mineras superaron los US$ 9.000 millones anuales, lo que permitió duplicar la producción de cobre. “Hoy la producción bordea los 2,7 millones de toneladas, y el único salto reciente ha sido Quellaveco. Hay un potencial importante que podría aprovecharse si se dan las condiciones adecuadas”, añadió.
El director de GBR también alertó sobre los desafíos en torno al oro, cuyo precio superó los US$ 4.000 por onza este año, pero cuya producción formal en el país sigue siendo afectada por la minería ilegal, que representa cerca del 44% de las exportaciones auríferas no registradas en Sudamérica.
Madurez política y visión de largo plazo
Tejerina remarcó que la oportunidad que brinda el actual superciclo no solo depende de factores externos, sino de la capacidad del país para fortalecer su institucionalidad y ofrecer un entorno propicio a la inversión.
“El desafío no es solo aprovechar precios altos, sino demostrar madurez política para gestionarlos con visión de futuro. Si el Perú logra estabilidad y gobernanza, podría repetir el éxito del superciclo del 2000, pero esta vez con un enfoque más sostenible e inclusivo”, subrayó.
El informe de Global Business Reports concluye que el futuro del sector dependerá de reforzar el Estado de derecho, impulsar infraestructura y promover una minería formal que contribuya al desarrollo territorial.
“La minería tiene un valor enorme como industria integradora: opera con éxito donde ninguna otra puede hacerlo”, destacó finalmente Leandro García, gerente general de Buenaventura, al comentar los hallazgos del reporte.