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Rolando Arellano Bahamonde: “Hay que hacer mucho más cercana y presente la propuesta de valor de la minería”

"Por buenas o malas razones, la minería tiene mucho mayor nivel de exposición en medios comparada con otros sectores", dijo el gerente general de Arellano Consultoría.

Rolando Arellano Bahamonde

“¿Cómo perciben los peruanos al sector minero?”. Esta pregunta se respondió en un estudio realizado por Arellano Consultoría para Crecer, entrevistando a 500 peruanos de Lima (54%) y de provincias (46%). El estudio deja una serie de conclusiones que permiten reflexionar respecto de la relación que hay entre la ciudadanía y las empresas mineras. Conversamos con el gerente general de Arellano Consultoría, Rolando Arellano Bahamonde, para desmenuzar dicha información para los lectores de Desde Adentro.

Siete de cada diez peruanos reconocen a la minería como el sector que más aporta al país, después del turismo y la agricultura. ¿Qué aspectos de esta actividad marcan la diferencia con otros sectores que también mueven la economía del Perú?

Es importante entender que la minería goza de un efecto indirecto que la lleva a tener esos resultados. Por buenas o malas razones, tiene mucho mayor nivel de exposición en medios comparada con otros sectores. Por lo tanto, desde una perspectiva de las ciencias del consumidor y del marketing, las marcas y los sectores que tienen más exposición en los medios suelen tener mayor nivel de aparición en los resultados cuando se les pregunta sobre ellas a la población. Al consumidor de a pie se le hace más fácil recordar a las grandes marcas. Y, en el caso de la minería, este efecto es evidente y ha hecho que en los últimos años el sector minero tenga una mayor participación en los medios. Además, la minería genera un efecto económico internacional importante. Poco se habla del precio del arándano o de la palta, pero se habla mucho del valor de los minerales: que el precio del oro baja, que el precio del cobre sube. También se habla del canon y de los impuestos que se recaudan con la minería. Todos estos temas la ponen en una sala de observación, está mucho más presente que otras industrias, y, además, con diferentes públicos.

¿Y cómo, a luz de la encuesta, la minería viene encarando estos temas a diferencia de los otros sectores?

Ese es un tema que está distinguiendo a la minería en los últimos años. Y es que los otros sectores son más silenciosos, es decir, no hay una hablar proactivo del agro ni del sector turismo. Entonces, ante el silencio de los otros, la minería tiene un espacio de oportunidad: está más presente de cara a los consumidores, ya sea para defenderse, ya sea para poner sus puntos de vista sobre la mesa o para dar a conocer su propuesta de valor. Tiene una posición mucho más activa que muchos otros sectores. Lo tuvo aún más, por ejemplo, en el escenario que marcó la coyuntura de la COVID-19. Poco se ha hablado del turismo porque, junto con otras industrias, ha sido de las más golpeadas. La minería, en cambio, ha tenido picos importantes en las alzas de los precios, incluso ha tenido que enfrentar disturbios y una serie episodios que la han puesto en la mira.

Sin embargo, la encuesta señala que un 54% de la población reconoce su aporte principalmente por el empleo que genera. ¿Cómo se explicaría esto?

Hay dos elementos específicos que ayudan fuertemente a que la gente reconozca esa posición de la minería. Y es que, primero, genera mucho trabajo de manera directa o indirecta. A mí me ha sorprendido que la gente lo reconozca, porque, si lo miramos en perspectiva, no es que sea una industria intensiva en mano de obra como lo puede ser el agro o el turismo. Pero la gente, por lo menos, tiene esa percepción. Lo segundo es que favorece a la economía general del país. Y ahí está el impacto del canon, las regalías y los impuestos, dado el elevado nivel de los precios de los minerales y la participación muy relevante que tiene el sector en el PBI. Creo que todo eso ayuda. Y el estudio que hemos hecho pone en evidencia que la gente cada vez es más consciente de estos factores.

¿Qué responsabilidad le compete al sector minero en la percepción que tiene la ciudadanía respecto de su labor y desempeño? 

Yo creo que la responsabilidad es alta, más aún en un contexto como el de hoy donde las personas están más conectadas y hay más noticias, verdaderas o falsas, que llegan más rápido a una mayor cantidad de ellas. Hay que ser proactivos, poner en evidencia su propuesta de valor. De todas las comunicaciones que hay alrededor del sector, por lo menos, en una parte, las mineras deben tener el control del mensaje. Pero si las mineras no tienen una actuación proactiva, lamentablemente, todo lo que van a decir sobre ellas será lo que opinen terceros. Entonces, tenemos que entrar de manera activa a esa conversación. Sin dudarlo, el sector minero ya empezó con ello, pero hay que hacer mucho más. 

Un 86% está de acuerdo con que la industria minera siga vigente, frente a un 14% que la rechaza. ¿Por qué, entonces, parece tan difícil lograr un consenso respecto de su aporte al Perú?

Es que no vemos de primera mano su propuesta de valor, porque algo particular de la minería es que se realiza muy lejos de las urbes. No es una actividad en la que tú sales de casa y la puedes ver en acción, no. Es algo distante, oculta para mucha gente. Y ahí es cuando la minería tiene que preguntarse: a estas personas que no me ven de primera mano, ¿cómo les llevo mi propuesta de valor para que la sientan cercana y las impacte en su día a día? Creo que ya empezó esa conversación. Fíjate, mucha de la infraestructura que permite que cada día tengamos mayor bienestar en el Perú, en una proporción, es financiada por los resultados económicos que otorga la minería. ¿Y qué ocurre? Que, al final, la minería es la responsable del clavo con el que has armado tu cama; es la responsable del aluminio del acero en la olla con la que estás cocinando. En el caso más extremo dicen “hay que cerrar la minería”. Pero sin la minería no existiría el chip de tu celular, por ejemplo, o tu carro, o la computadora que tanto quieres, así como un sinnúmero de bienes que nos brindan mayor bienestar. La gente no lo relaciona. Entonces, hay que llegar y hacer mucho más cercana y presente la propuesta de valor de la minería.

¿Qué estrategia está en condiciones de asumir las empresas mineras para lograr un consenso a nivel país respecto de su aporte?

Lo primero que tienen que hacer es lo que yo llamo “gestión de percepciones”. ¿A qué me refiero con eso? Nuestro estudio evidencia que hay un “arroz con mango” en la mente de muchas personas. Cuando piensan en minería te dan respuestas acertadas, otras totalmente equivocadas, unas cosas buenas y otras totalmente malas. Entonces, yo, dueño de la casa, lo primero que tengo que hacer es poner orden. Nosotros manejamos con algunas marcas y sectores algo que llamamos ‘Panel estratégico de mejora perceptual’: descomponemos las cosas buenas y malas que piensan de ti; lo que es real y lo que es falso. Hay, por ejemplo, cosas buenas que pueden decir de ti, pero no sabes de dónde salieron, así como hay cosas malas que dicen de ti y tampoco sabes de dónde salieron y, aunque no sean ciertas, están en la mente de las personas. Por otro lado, si eres cumplidor, pero nadie lo conoce, ahí tienes una oportunidad, un espacio para cambiar la percepción. Solo hace falta decirlo. Entonces, a partir de ahí construyes una estrategia para modificar el pensamiento de las personas de cara a la situación, tanto a nivel de imagen del sector general como a nivel de las mineras en específico. Cada minera tiene su propia realidad, donde unas son de tajo abierto y otras de socavón; unas están más cerca de los poblados y otras más lejos. Cada una necesita hacer un ejercicio de esta naturaleza para poder armar planes más controlados.

Sin embargo, no todo lo pueden manejar las empresas mineras. ¿Qué aspectos considera que están fuera de su control? 

Algo que siento que está más fuera de control es la minería ilegal. Allí, hay que marcar bien la diferencia: esa no es la minería que queremos en el Perú. También está fuera de nuestro control —y nos pega duro— la falta de capacidad del Gobierno de invertir adecuadamente los recursos que da la minería. Esa idea de que la minería se lleva todos los millones y nosotros nos quedamos sin nada es falsa. Si se llevan millones es porque es su negocio, pero eso de que nosotros nos quedamos sin nada no es verdad: nos quedamos con mucho, pero es malgastado o mal invertido. En ambos frentes, la minería no tiene mucho control. Sin embargo, creo que está dentro de sus responsabilidades y conveniencia identificar mecanismos para los cuales ellos puedan ayudar a corregir esa situación. Es decir, en cómo la sociedad y la minería formal puede tener algún rol más activo para controlar la minería ilegal, o en que sus impuestos realmente se concreten en obras.

Hay una frase que dijo el consultor minero, Oswaldo Tovar, cuando presentaron el estudio ante el público del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú: “los peruanos están orgullosos de lo que comen, la gastronomía, pero no de lo que les da de comer, la minería”. ¿Coincide con esa frase?

Creo que la minería debería ser un símbolo de orgullo nacional, porque es de todos los peruanos, los limeños y los no limeños. Contamos con una gran cantidad de recursos, somos uno de los países que más reservas tiene, y nuestras operaciones mineras trabajan con alta calidad. Y no reconocemos eso, pero es tarea nuestra poner la conversación sobre la mesa. El orgullo por la gastronomía peruana no se dio de un momento a otro. Los cocineros se juntaron, hicieron sus campañas, sus Misturas. Hubo toda una estrategia y un plan de marketing detrás para promover la idea, para que la gente también la compre y para que nos sintamos orgullosos de ella. En el caso de la minería, también tendría que hacer eso. 

Una buena parte de los encuestados para el estudio pertenece a Lima, pese a que esta no es una región minera. En un país tan centralizado como el Perú ¿cuál es el peso que juega la capital en el imaginario social que se crea en torno a las empresas mineras?

Muchos opinan que hay que enfocar la conversación en las zonas donde se concentra la actividad minera, pero yo creo que tenemos que hacer una estrategia multinivel donde hay ciertos objetivos que alcanzan a la población general y otros objetivos que van a alcanzar a stakeholders más particulares. No tiene que ser una cosa o la otra, creo hay que trabajar en todo, porque la minería debe construir su legitimidad a partir de todos los peruanos. Y eso solo se logra si es que construyes una estrategia multinivel que te proteja de los golpes que puedas recibir de todos los frentes. Eso implica, nuevamente, tener claro el diagnóstico, uno basado en evidencia de la ciudadanía y no en lo que yo creo que la gente piensa; que permita identificar las oportunidades y debilidades del sector para progresar, mejorar y construir esos puentes con la ciudadanía y, llegado el momento, te defiendan. No uno, sino todos. 

Una de las conclusiones del estudio es que la actividad minera debe tener un mayor involucramiento en las necesidades de la ciudadanía ¿Qué más puede hacer el sector para involucrar a la ciudadanía y mejorar su calidad de vida?

Me atrevo a decir una respuesta que creo que no solo le cae bien a la minería sino también al sector empresarial. Y es que necesita sentirse ciudadana. No es “yo y la ciudadanía”, sino “yo soy parte de la ciudadanía”. Todas las personas trabajamos y todo nuestro esfuerzo genera recursos que trasladamos al Gobierno para que este nos atienda mejor. Más que asumir el rol de suplir al Estado, lo que más deberíamos hacer es pensar en cómo ayudar a resolver situaciones. Es decir, yo, como ciudadano, cómo puedo ayudar a exigir y a fiscalizar para que el fruto de mi esfuerzo se invierta. Creo que el eje principal es cómo ayudamos a que cada uno cumpla con lo que le corresponde.