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El talento, la determinación y la pasión no conocen límites de género

El proyecto Mineras del Bicentenario nació como un homenaje a la fuerza y el espíritu de las mujeres que desafiaron las barreras de género en una industria minera, tradicionalmente dominada por el género masculino.

MinerasDelBicentenario2

En el marco del evento “Mineras del Bicentenario: uniendo fuerzas para la equidad de género en la minería”, realizado en la sede de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE), la asociación Women in Mining Perú (WiM Perú) presentó el libro Mineras del Bicentenario: Ellas nos inspiran 2, como una segunda publicación que rinde tributo al coraje, la resiliencia y la determinación presentes en el corazón de cada mujer que ha dejado una huella en la industria minera peruana.

Conozcamos un poco de las nueve historias que contiene esta entrega, que demuestran que el talento, la determinación y la pasión no conocen límites de género y son un recordatorio poderoso de que la diversidad y la inclusión son elementos esenciales para el progreso.

Séptima de nueve hermanos, Evangelina Arce tenía el sueño de terminar secundaria y seguir estudiando. Conoció a los trabajadores de Yanacocha, ya que vivía en el distrito de Sorochuco, en Celendín. Esto le dio el anhelo de, algún día, trabajar en dicha mina y logró ingresar a un programa de capacitación de esta. La primera máquina que dominó fue un camión Caterpillar 777 y era capaz de desplazar una carga de cien toneladas de mineral. Hoy transporta mucho más del doble y, con 16 años de experiencia, se desempeña también como instructora y es el ejemplo de sus hijos.

También desde el colegio, Indira Ferro tenía el carácter y la determinación para llegar a ser una buena abogada en el futuro. Ya en la universidad, quedó fascinada con el curso electivo de Derecho Minero, en el que vio temas de prospección, exploración y explotación y llegar al proyecto Antapaccay, donde fue asistente legal y hoy se desempeña como gerente legal de operaciones.

Toda una referente.
Natural de Cajabamba, Janeth Fabián quiso ser, desde niña, ingeniera civil; pero el destino hizo que se mudara a Huamachuco, donde no había esa carrera. Por ello, decidió ingresar a Ingeniería de Minas y luego se trasladaría a Trujillo a cambiarse de carrera, pero la Ingeniería de Minas la atrapó. Tras iniciar sus prácticas en La Arena, en el área de Planeamiento, su segundo destino la marcó por tener que alejarse de su familia y trasladarse a Ayacucho, a las instalaciones de Hochschild. Luego, llegó a Casapalca y Nexa, donde se quedó cuatro años. Ahora es analista de Mejora de Negocio en Quellaveco y participa en la implementación del modelo operativo de la primera mina digital del país.

Almendra Pinto es comunicadora social y psicóloga independiente. Ella entendió que a través de sus dos profesiones podía ayudar a reforzar el diálogo, prevenir conflictos sociales y proponer soluciones. Una de sus más recordadas experiencias fue en el poblado de Mirave, en el distrito de Ilabaya, en Tacna, donde, con la ayuda de Southern Perú, pudo realizar talleres de acompañamiento para adolescentes que luego, algunos de ellos, pudieron ingresar al Colegio de Alto Rendimiento de Tacna.

A su vez, Johanna Illanes Reyes, nacida en Antofagasta, al norte de Chile, tenía pensado ser maestra como su madre, pero fue persuadida por otra alternativa y como destacaba en ciencias, postuló a ingeniería de procesos químicos. Tiempo después se le presentó el reto de asumir su puesto en una operación mucho más grande como Sociedad Minera Cerro Verde, donde hoy se desempeña como gerente de Medio Ambiente. Al llegar, la operación minera se hallaba en su segunda gran expansión y tuvo que liderar la ejecución de los estudios de impacto ambiental, brindando soporte a los mecanismos de participación ciudadana.

Gisela Suárez soñaba con ser presidenta del Perú. Luego, quiso ser doctora e incluso estudió Ingeniería Mecatrónica, pero al ingresar a Tecsup a estudiar Electrónica y Automatización Industrial, conoció el ambiente que más le gustaba; mientras que, a la par, estudiaba Ingeniería Industrial. Se graduó como técnica instrumentista y se dedicó a dar mantenimiento a máquinas de la industria minera en labores donde era la única mujer en un equipo de sesenta técnicos. Hoy se encuentra en otra industria, pero promete volver.

En la ciudad de Cusco, Edith Flores y su madre solían ubicar su puesto de golosinas ambulante frente a un restaurante de pollos a la brasa. Mientras ella veía a los comensales devorar su comida, pensaba ¿en qué trabajarían esos señores? Es así como decidió estudiar leyes cuando acabara el colegio. Una mañana, ya siendo abogada, leyó que una empresa minera buscaba practicantes y ahí comenzó su historia. Ahora se desempeña como superintendenta de Relaciones Comunitarias de la Compañía Minera Ares, lo que le da enormes satisfacciones y anhela trabajar allí hasta el fin de su vida laboral.

Alexandra Carrillo cursaba cuarto año de secundaria cuando su natal Arequipa estaba dividida por un tema socioambiental a causa del proyecto Tía María y en su colegio decidieron replicar esta realidad y debatirlo en clase. Para ello, Alexandra averiguó las diferencias entre la minería antigua y la moderna, lo que generó su interés en hablar del cambio y la importancia de generar confianza en la población para que no haya conflictos. Posteriormente, estudio Ingeniería Ambiental y, con el apoyo del programa de mentoring de WiM, postuló e ingresó a la convocatoria de prácticas de Gold Fields, donde se desempeña actualmente en el área de medio ambiente.

La mamá de Jackelin Ochoa la recuerda corriendo por el campo del poblado de San Francisco de Pujas, en Ayacucho, observando roquitas de colores que luego llevaba a casa. Con mucho esfuerzo y dedicación, Jackelin consiguió una beca para estudiar Ingeniería Geológica, gracias a la minera Poderosa y allí también realizó sus prácticas profesionales, en Pataz. Ahora tiene 26 años y ya es geóloga de exploraciones de Barrick Argentina, donde, además de estar fascinada, no deja de caminar y caminar, en busca de rocas que explorar.

Estas historias, nos ayudan a reflexionar sobre los desafíos y avances en materia de igualdad de género en el Perú y trazar un camino para que la industria minera peruana sea más inclusiva, donde hijas, esposas, amigas y colegas puedan tener más oportunidades para crecer profesional y personalmente. El libro puede descargarse aquí: https://wimperu.org/publicaciones/mineras-del-bicentenario2-ellas-nos-inspiran/