La minería enfrenta un reto cada vez más urgente: procesar y mover material con mayor precisión, eficiencia y seguridad en un contexto donde la ley del mineral disminuye y los costos operativos exigen a las empresas.
En ese escenario, la selectividad del carguío dejó de ser un concepto aspiracional para convertirse en una necesidad estratégica. Sin embargo, los sistemas convencionales aún trabajan con márgenes de error de hasta tres metros, lo que genera dilución y pérdida de rentabilidad.
Frente a este desafío, Ferreyros impulsó una innovación decisiva: 3D Bucket, una tecnología desarrollada originalmente por Caterpillar y perfeccionada en el Perú, capaz de ubicar el cucharón de una pala eléctrica con una precisión comprobada de 15 centímetros, incluso en equipos de gran escala.
El corazón del sistema combina un GPS de ultra precisión con algoritmos propietarios capaces de interpretar señales del sistema electrónico de la pala en tiempo real. Con ello es posible reconocer automáticamente el tipo de material en cada baldada y operar con modelos de bloque de corto plazo, reemplazando los tradicionales polígonos.
Además, la solución fue estandarizada para funcionar en palas de distintas marcas y se integró con sistemas de gestión de flota, asegurando que cada camión reciba el material correcto y viaje al destino asignado sin errores humanos.
Uno de los mayores logros de esta solución fue eliminar prácticas riesgosas, como los levantamientos topográficos manuales en zonas críticas. 3D Bucket elimina la necesidad de banderines y reduce a cero los eventos asociados a la seguridad y la ergonomía. Con ello, se optimiza la operación y se protege al personal involucrado.
Su impacto es medible. Una reducción del 1% en la dilución ayuda a recuperar más mineral valioso a maximizar la vida útil de la mina. Asimismo, al liberar al operador de la clasificación manual, la productividad de la pala se incrementa en 3%, mejorando el ciclo de acarreo y la eficiencia global. Todo ello, respaldado por un monitoreo continuo que asegura una mejora permanente y un alineamiento más preciso con la ley final del mineral enviado a planta.



