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Impairment financiero en la industria minera: ¿Qué es y cómo afecta a las empresas?

Por: Roberto Casanova-Regis Socio de International Tax y M&A de KPMG en el Perú

En el mundo contable y financiero, uno de los conceptos más relevantes para reflejar la realidad económica de una empresa es el impairment financiero, es decir, el deterioro del valor de los activos. Este mecanismo, regulado por la Norma Internacional de Contabilidad (NIC 36), busca evitar que los activos aparezcan en los estados financieros por un valor superior al que realmente puede recuperarse.

El impairment financiero se produce cuando el importe en libros (el valor contable del activo) supera su importe recuperable, que se calcula como el mayor entre el valor razonable menos los costos de venta y el valor en uso, es decir, el valor presente de los flujos futuros que se espera generar con ese activo.

Según la NIC 36, al cierre de cada periodo contable la empresa debe revisar si hay señales de deterioro. Estos pueden ser internos (por ejemplo, obsolescencia, daños físicos, bajo rendimiento) o externos (caída en el valor de mercado, cambios regulatorios, aumento de tasas de interés). Si se confirma que el activo vale menos de lo que figura en libros, se “ajusta” su valor y se registra la pérdida.

Respecto de los activos, este deterioro impacta principalmente en bienes fijos como propiedades, planta y equipo, y en intangibles como marcas, patentes, software y, especialmente, el Good Will (el valor intangible), que debe someterse a prueba al menos una vez al año. No aplica a activos financieros.

En ese sentido, el proceso para calcularlo consiste en estimar el valor razonable menos los costos de venta, calcular el valor en uso (proyectando los flujos futuros y descontándolos con una tasa adecuada), y comparar ambos valores para elegir el mayor como importe recuperable. Si el importe en libros lo supera, se reconoce la pérdida por dicha diferencia. Por ejemplo, si tenemos un activo con valor contable de S/ 100,000, valor razonable menos costos de S/ 85,000 y valor en uso de S/ 80,000, el importe recuperable es de S/ 85,000 y, por ello, se registra una pérdida de S/ 15,000.

En términos contables, el deterioro se reconoce como un gasto en el Estado de Resultados y se reduce el valor del activo en el Balance.

Por otro lado, desde el punto de vista tributario en el Perú, para la SUNAT el impairment financiero no afecta el cálculo del Impuesto a la Renta Corporativo. La depreciación fiscal se calcula sobre el costo original del activo, según los porcentajes máximos establecidos en el Reglamento de la Ley del Impuesto a la Renta. Aunque contablemente el activo se rebaje, la base tributaria no cambia.

Frente a ello, el regulador puede generar reparos, aunque el impairment financiero no tiene efecto fiscal, la SUNAT suele cuestionar la depreciación calculada sobre el valor deteriorado, alegando que la base financiera se redujo. Esto genera reparos permanentes, ajustando la depreciación fiscal y desconociendo el efecto fiscal del valor rebajado.

Finalmente, el impairment financiero es una herramienta contable clave para reflejar la realidad económica de los activos, pero en el Perú no modifica la carga tributaria. Las empresas deben tener claro que, aunque ajusten sus estados financieros, la SUNAT seguirá aplicando las reglas fiscales tradicionales. Sin embargo, es importante no afectar la base financiera del activo deteriorado, pues tiene impacto en la tasa de depreciación fiscal.