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“Para las primeras siempre va ser más difícil”

A los 39 años, Janet Zehnder ha alcanzado un liderazgo en la gestión de hidrocarburos y una voz para hablar de igualdad de condiciones para las mujeres

Cuando era chica y vivía en el campo con su familia, Janet Zehnder no siempre podía saciar su curiosidad. Cuando quería ver cómo se reparaban motores o se hacía algo en carpintería, la detenían y le decían: “¿Tu mamá no tiene algo para que la ayudes en la cocina?”. Y fue desde ese momento que no se cansó de insistir ni de quedarse callada para conseguir algo. Ese mismo carácter y, por supuesto, su capacidad profesional le abrieron las puertas para escalar en el sector hidrocarburos y ser también una voz promotora de la equidad y la diversidad en el trabajo.

Janet se enamoró de la química en el colegio. Su profesora le enseñaba con tanta pasión que nunca lo sintió como un curso difícil. Con la química se podía explicar cómo se hacían todas las cosas del mundo. Y eso era fascinante. Janet tenía claro que quería ser ingeniera y el gusto por la química definió su rumbo. Estudió Ingeniería Química en San Marcos y sus primeras prácticas en un verano, cuando aún no acababa la carrera, fueron en la refinería de Talara. Al egresar, volvió y fue contratada. Desde entonces lleva 17 años en Petroperú, subiendo peldaños en su línea de carrera y asumiendo más desafíos, como la gestión de nuevos proyectos en la refinería de Conchán. Un desafío que luego, a los 37 años, la llevó a asumir la gerencia de esta refinería, siendo la primera mujer y la más joven en tener este cargo en el país. 

Desde su ingreso, su presencia marcó un antes y un después en las costumbres de la empresa. Cuando quedó embarazada de su primera hija fue la primera en usar una holgada blusa de maternidad en la planta de Talara. No existían normas para embarazadas, pero a partir de su caso todo cambió. “Yo misma me he usado como un ‘conejillo de indias’, porque por mi carácter y mi empuje se han podido abordar este y otros temas”, recuerda. Así también se habilitaron nuevos espacios y beneficios conforme más mujeres ingresaban a trabajar a la organización. “Para las primeras siempre va a ser más difícil”, dice Janet, quien hoy a sus 39 años lidera la unidad de Ingeniería de Proyectos, área que se encarga de formular y evaluar los planes para el futuro de la compañía.

En Petroperú siempre se ha sentido respetada y respaldada, pero recuerda que en sus inicios a ella no la enviaban a la planta, como sí sucedía con sus compañeros. No era una opción que una mujer estuviera de turno en la parte operativa. Los jefes de entonces querían evitar molestias o alguna situación de acoso al poner a una mujer en un territorio varonil. “Lo veían por ese lado, que es algo que sigue pasando en diversos ámbitos, y no porque una mujer no pudiera trabajar allí”. 

Pero los tiempos cambiaron, la misma Janet habló abiertamente del tema, planteando cero treguas en el trato con las mujeres. Y así los equipos se fueron adaptando. “Ahora tenemos supervisoras, operadoras, y esto se dio no porque saliéramos a contratar con cuota de género, sino porque se han roto algunos paradigmas. Antes, cuando se buscaban operadores, no era habitual escoger a una chica para el puesto, y ahora esto sucede de modo muy natural”, añade. Las mujeres no se postulaban a algunos trabajos en hidrocarburos, pero ahora que se visibilizan más casos se sienten con confianza y logran aprovechar las oportunidades. 

Janet Zehnder dice que ser ingeniera, mamá de dos niños y esposa es una tarea de equilibrio. Aunque se ha organizado para que todo tenga un horario, sabe que ante cualquier emergencia debe estar en el lugar donde más se le necesite. Ya sea su casa o su trabajo. En su hogar, ella y su esposo, quien también es ingeniero, animan la curiosidad de su hija de 8 años por las ciencias y comparten siempre con ella que las niñas pueden hacer todo lo que se proponen.